SUBCELONA

Subcelona fue mi primer trabajo con intención de configurar una serie de fotografías explicando un tema concreto donde una estética y un concepto fuera común a todas las imágenes que debían componerlo.

La serie fue realizada entre los años 1984 y 1985, justo cuando terminé los estudios de fotografía. Pienso que en este trabajo, que considero mi “opera prima”, están presentes las influencias de maestros y autores importantes y que existe una marcada preocupación por el control técnico del tono y la nitidez de la imagen.

Sinteticé fotográficamente la angustia de vivir en una especie de ciudad subterránea como es el transporte suburbano de una gran urbe.

Normalmente cuando se utiliza el transporte público subterráneo se hacen recorridos de 20 minutos, 30 o incluso 40. En este último caso algunas personas comienzan a sufrir angustia por estar todo ese tiempo sin poder salir el exterior. Es innegable que este estado claustrofóbico y la inevitable vulneración del espacio personal afecta en mayor o menor medida a las sensaciones de seguridad del individuo provocando situaciones de defensivas que muchas veces acontecen en episodios de agresividad.

En mi caso lo que puedo afirmar es que después de las sesiones fotográficas, que a veces duraban más de cuatro horas, cuando salía del Metro daba gracias de poder respirar aire fresco, aunque fuera contaminado.

 

Escrito de Luís Ochandorena para presentar la exposición que se realizó en diferentes galerías.

La más joven fotografía de nuestro país ha nacido acomplejada ante la fuerza con la que la anterior generación de fotógrafos irrumpió en su día en el escenario español. Pocos han sabido convertir este peso en un bagaje que les sirviera de base para la búsqueda de un lenguaje personal. Jaume Buxeda ha empezado a andar este camino.

Podemos encontrar en su fotografía elementos que nos remiten, por sí mismos, a fotógrafos consagrados (inclinación de la cámara, espacios cuasi surrealistas, ausencia de personas y de cielo), pero que en su conjunto entretejen una base estilística propia.

Puede que su elemento más personal sea esa forma tan agresiva de trastocar los espacio. No podemos decir que eso sea fruta, solamente, de la inclinación de la cámara, sino que es su particular visión la que nos hace sufrir hasta encontrar algún punto de referencia que nos posicione con respecto a la fotografía. Esta agresividad se sigue manteniendo en las tonalidades, bastante densas y en la gran profusión, en muchas de sus fotos, de la línea recta.

Pero hay un aspecto que nos hace más amable la foto, el tono lírico con que utiliza algunos elementos, como la textura de las paredes o los fluorescente, a pesar de que el tema no se presta para visiones poéticas.

Ahora habrá que esperar a conocer cuál va a ser la selección de palabras de su vocabulario fotográfico, para ver a dónde nos lleva su particular viaje artístico.

Luís Ochandorena, 10 de febrero de 1985

 

FECHA: 1985
MEDIDAS: 27 X 39,5 cm
NÚMERO DE IMÁGENES: 25
PAPEL: Negra Portrene
SERIE EXCLUSIVA: Copias montadas en paspartú 40 x 50 cm